Costumbres y Tradiciones
Las Fiestas Patronales de Zea en el Año 1.885: Sorprendentemente conservada en los archivos de la Biblioteca "Pebres Cordero", de 1a ciudad de Marida, apareció, gracias a nuestro amigo Néstor Abad Sánchez, lo que hoy se conoce como un afiche que se intitula así: Programa. Fiestas de la Parroquia Zea. Para honrar el día de su Excelsa Patrona Nuestra Señora de Las Mercedes. Fue impreso a color en la Imprenta CENTENARIO de Mérida y data del año 1.885. ¿Cómo llegó tan importante y significativo documento, uno de los pocos que se han conservado de aquella lejana época, a la Biblioteca "Pebres Cordero"? No sabemos si fue enviado por algún coterráneo a dicha institución, si se mezcló con otros documentos enviados a la capital del Estado, si alguno de los qua solían ser huéspedes del pueblo en aquellas festividades lo guardó y lo envió después a la institución o si fue parte de los documentos recopilados por la propia biblioteca. Lo importante, no obstante, es que se haya conservado desde una época que para nosotros es muy lejana, y lo verdaderamente interesante es que se trata de un documento muy explícito, de gran riqueza para el estudio de la vida social de aquella época, lleno de hechos, costumbres y personajes que nos abren una ventana para mirar y conocer la vida íntima de aquel pueblo encerrado entre montañas y prácticamente desconectado del mundo al que pertenecía. Lo que se nota a primera vista en el afiche es el enorme entusiasmo y la contagiosa alegría que irradia de todo su contenido, con la variedad de espectáculos que en una escalonada serie de jornadas ofrece la Junta Directiva "para festejar dignamente el día de su Patrona y tener al¬gunos ratos de agradable solaz", como reza el preámbulo introductorio. Llama también la atención la ordenada distribución de las actividades en equipos, eventos y tiempos y, por sobre todo, la fabulosa cantidad de personas que interviene de manera directa en la participación, distribución y ejecución de las actividades programadas. Son, en total, 89 participantes activos que adquieren responsabilidades en uno u otro evento; número considerable, si se considera que la población no debía pasar de algunos pocos centenares de personas. De ellos dependía el éxito y buena marcha de aquellas memorables fiestas que tenían lugar durante los cinco días de celebración. La mayor de este contingente son personas del terruño, algunas bastante conocidas, otras menos; lo que sí llama la atención es el número de invitados que acudía desde localidades próximas o distantes, para mezclarse en ese torbellino carnavalesco de gentes, que olvidadas de trabajos y pesares, disfrutaban embriagadas de felicidad. La actividad organizativa y conductora estaba en manos de la Junta Directiva, la cual se había venido preparando con bastante anticipación para el evento anual más importante y demostró su eficiencia cuando para el 31 de agosto, no solamente tuvo listo el programa sino que lo tenía impreso para empezar a repartirlo. Conforma la Junta Directiva un grupo de notables, que al entusiasmo por las fiestas agregan las bondades que provienen de una excelente situación económica. La presidencia la ocupa don Esteban Méndez Mora, varón de grandes iniciativas, económicamente poderoso, poseedor de numerosas tierras y dueño de la magnífica casona de altillo con balcones, que se levantaba en los terrenos que ocupan la farmacia, la casa de las Srtas. Ramírez Méndez y una serie de negocios que se suceden hasta la panadería de Iván Chacón. Muchos conocieron este inmueble como la Casa de Doña Hortensia Arellano, con una laguneta cubierta de barzales que se extendían hasta la travesía. Don Esteban había nacido en Bailadores, nieto de don Ramón Mora García e hijo de don Fernando Méndez y de doña Micaela Mora. En Bailadores casó con doña Carmelita Moré, de cuyo matrimonio nacieron doña Teresa Méndez, esposa de don Adán Ramírez, padres de los Ramírez Méndez; don Silvio Méndez, padre de doña Evelia Méndez de Uzcátegui, padres de los Uzcátegui Méndez; don Eipidio Méndez, casado con doña María Rondón, padres de los Méndez Rondón; doña Ofelia Méndez, casada con don Ricardo Mora y padres de los Mora Méndez; la Sita. Genoveva Méndez, fundadora de la Escuela de Labores. En segundas nupcias casó don Esteban Méndez con doña Carmelita Codina de Tovar, de cuya unión nacieron Gustavo Méndez Codina y Flor de María Méndez, que casó con Jesús Manuel Salas, padres de los Salas Méndez. Por último, contrajo terceras nupcias con doña Hortensia Arellano, de cuya unión nacieron Esteban Méndez y Elbita Méndez, padres de los Méndez Leal y Chuecos Méndez, respectivamente. Dos hijos fuera de matrimonio fueron Ismael Méndez, que casó en primeras nupcias con María Arias, padres de los Méndez Arias y en segundas nupcias con Florencia Valbuena y Mercedes Méndez, que no dejó ascendencia. Don José de Jesús Méndez Mora, hermano de don Esteban, también oriundo de Bailadores, casó en Zea con doña Catalina Carrero, gran matrona zedeña, quien vivía en una señorial casa que ocupaba media manzana frente a la casa de don Esteban. De ésta unión nacieron el presbítero Ernesto Méndez Carrero, cura párroco de varias poblaciones de Mérida y Trujillo, muerto en Tabay y Arturo Méndez Carrero, personaje muy conocido en Zea por su piedad y las travesuras de su carácter. No hubo descendencia en esta familia. De don Custodio Rivas se sabe que fue persona de respeto, que integró comisiones que se entrevistaron con diversos funcionarios a fin de solicitar mejoras y beneficios para Zea o cuando fue necesario el concurso de la autoridad para solucionar un problema. Vivía en su finca de Palmarito y fue de los fundadores de la cofradía Hermanos del Santísimo que estableció el Padre Ángulo. Su nombre aparece entre los firmantes de varias cartas dirigidas a la autoridad civil y eclesiástica. En igualdad de circunstancias aparecen respaldando con sus firmas esos documentos los siguientes paisanos: Esteban Solano, padre de la familia Solano, formada por un grupo de hijas, entre quienes recordamos a Agripina, María José, Margarita, Domitila, Ana Lucía. Su casa, ubicada en la subida hacia El Playón, desapareció barrida por la gran creciente de la quebrada en el año 1950. Otros zedeños firmantes de documentos son: Hermógenes Ortega, quien fue jefe civil en una oportunidad, Melitón Moreno, Juan Velasco, Anselmo Anselmi, tuvo una hija de nombre Mercedes María y es señalado expresamente como uno de los que ofrecían su casa como posada, al igual que don Juan Velasco; don Oracio Velasco, inmigrante italiano, fundador de la hacienda El Playón, padre de don Toño y don Horacio Velasco, cuya familia dio origen a respetables grupos familiares como los Velasco Márquez, Velasco Guerra, Salas Velasco, Sánchez Velasco; Francisco Lupí, esposo de doña Encarnación y padres de Julita y de José, este último emparentado con Emilia Méndez Lupi; Carmelo Pinto, Nazario Díaz, Antonio García, Francisco Suárez, Ramón Vera, Juan Antonio Moreno, son otros tantos participantes de los que se carece de noticias. Otros paisanos del pueblo o de sus aldeas fueron: Pedro Pablo Márquez, Juan de Dios Márquez, José Pérez, Gregorio Vega, don Juan de Dios Molina tenía su casa en las cabeceras del pueblo, muy cerca de la quebrada Murmuquena trabajaba la carpintería y en las solemnidades religiosas tocaba el bajo en el coro con el cual hacía un florido acompañamiento. Tuvo varios hijos e hijas, entre los que se recuerda a Antonio Ramón y Francisco Molina, Guillermina y Carmen de Rojas. Otros zedeños fueron Cecilio García e Inocente Ramírez, don Tobías Carrero, hombre respetable, poseedor de muchas tierras, a quien se deben las primeras cloacas que tuvo Zea, poseía en la población dos grandes casas separadas por la calle Bolívar que habitó doña Hermelinda Mora de Carrero y la que hoy administran los hijos del Dr. Pedro Pablo Márquez. De su primer matrimonio con doña Nicomedes Rondón nacieron: Ramón, Heribertoy María Carrero, y de su segundo matrimonio con doña Rosa Márquez, los Carrero Márquez; Francisco Ortega, Antonio Ignacio Omaña, uno de los pioneros en la conquista de las tierras vírgenes de la Tierra Llana. En Caño El Tigre estableció un fundo de pina morada, cuyos frutos solía vender en Zea; fue por sus iniciativas factor importante en el progreso de Zea; sus hijos prosiguen su labor en Caño El Tigre. Nicolás Márquez fundó una hermosa familia en El Playón, cuyos descendientes continúan la labor de honestidad y trabajo de sus mayores. Don Prudencio Mora era hijo, en segundas nupcias, de don Ramón Mora García y por consiguiente, hermano de doña Micaela Mora, la madre de don Esteban Méndez, de quien era primo. Don Prudencio fue padre de doña Josefa Mora, casada con don Cayetano Giordano, padres de los Giordano Mora, de doña Hermelinda, casada con don Ramón Carrero, hijo de don Tobías, de Ismenia, cuyo nombre lleva la Escuela de Labores, Teresa y Toñita Mora. Hubo dos varones: Ovidio Mora, de quien se habla suficientemente en "Por Tierras de Murmuquena" y Prudencito que era ciego. Don Alejandro Sardi fue uno de los inmigrantes italianos de la última década del siglo XIX. Se estableció en la casa de altillo, diagonal con la Plaza Bolívar, en donde tiene su hermosa vivienda Don Martín Sánchez. Casado con una dama italiana muy hermosa que cantaba ópera, tiene el mérito de haber traído a Zea el primer fonógrafo. Era persona muy entusiasta que se integró con mucha facilidad a las costumbres y tradiciones del pueblo, en cuyas festividades participaba activamente. Su nombre aparece con los firmantes de varios de los documentos en los que se solicitaba a las autoridades beneficios o mejoras para la población. Don Santiago María Valbuena, oriundo.de Maracaibo, fue padre de una numerosa familia que se distinguió por sus habilidades artesanales. Estableció la curtiembre que funcionaba más abajo de la capilla de El Calvario y que luego prosiguió su hijo Miguel Ángel con el establecimiento en la calle Bolívar de una zapatería y una alpargatería. Fue padre de Santiago María, hijo, de Miguel Ángel, de la Srta. Matilde y de doña Ana Teresa Valbuena, casada con don Antonio Altuve, padres de los Altuve Valbuena. Su hermano, don Pedro Valbuena fue progenitor de: Jo vito, casado con Eloísa Gómez, padre de los Valbuena Gómez, Heriberto, Jesús María y Manuel Valbuena. Aparte de los zedeños, acudía a las fiestas un verdadero enjambre de personas que anualmente se trasladaban por una semana o más días hasta Zea, con el fin de estar presentes en aquellas sonadas fiestas. A su arribo a la población precedía una ansiosa y minuciosa preparación de los viajantes que incluía, desde ropas, comidas, licores y regalos, hasta las bestias, sus arneses y criados de servicio. Toda esta multitud llegaba en medio de la alegría y el jolgorio con que eran esperados por los miembros de la junta y sus entusiastas seguidores. Hay una larga lista de personajes que asistían a las fiestas, procedentes de poblaciones como Tovar, Bailadores, Santa Cruz, Mesa Bolívar, Chiguará y Mérida. Como se observa en el afiche, algunos participaban activamente ocupando puestos de mayordomos de algunos de los eventos que se celebraban o de acompañantes en las funciones, procesiones y cabalgatas. La lista es larga y en ella encontramos, procedentes de Tovar, a don Antonio Rosales, padre del General Vicente Rosales, de don Chucho Rosales y del Coronel Juan José Rosales; Epaminondas Codina, miembro de una numerosa familia procedente de Colombia, que se estableció en Tovar, diputado a la Asamblea Legislativa de 1.905, y entre los componentes de la familia se contaron varones eminentes como don Eliodoro Codina, don Severiano, don Leopoldo, don Matías, quienes se destacaron en la educación, el comercio y actividades públicas; Hazael Salas, tipógrafo, periodista, publicó en Tovar el primer periódico que tituló El Ensayo Periodístico y más tarde El Eco de Tovar, con la primera imprenta que llegó a Tovar en 1.884 y que adquirió después don Vicente D’ Jesús. Una segunda imprenta fue traída a Tovar por el Dr. Andrés Quintero Méndez, quien fue redactor de "El Zig-Zag"; Salvador Bottaro Melani, era hijo de Plácido Bottaro, casado con ítala Melani, padres de José Domingo y Salvador Bottaro Melani; Ángel Berti, de la familia Berti, donde hubo literatos, comerciantes y políticos; esta familia estaba representada en Zea por tres hermanas Berti, una de ellas casada con Don Antonio Carrero. Don Elías Burguera nació en Táriba y se residenció en Tovar. En 1.881 fundó la Casa Burguera, que en el correr del tiempo se transformó en una de las instituciones comerciales más importantes del occidente venezolano. Operaba con un capital de 15 millones de bolívares, suma inmensa para la época y llevaba relaciones comerciales con empresas del país, de los Estados Unidos y de Europa. Hizo el papel de institución bancaria y poseía haciendas, molinos de granos, ingenios de café. Llegó a exportar 10.000 quintales de café. Vicente Mendoza figuró en el Concejo Municipal del distrito Tovar junto con Arístides Mendoza; El Dr. Andrés Quintero Méndez, graduado en Ciencias Políticas en la Universidad de Los Andes, fundador y profesor del Colegio Miranda, fundador de varios periódicos y ocupó la Sindicatura Municipal del distrito Valencia; Vicente D’ Jesús formó parte de la familia que tuvo una de las primeras imprentas en Tovar; don José Salas, casado con Isabel Teresa, hermana del General Méndez, fue propietario de la hacienda El Tabacal. Otra hermana del General José María Méndez, muerto en la refriega de Tovar cuando la invasión de Castro, fue doña Regla, casada con don Elias Martínez, el viejo, madre de doña María José Martínez, casada que fue con don Alfredo Sánchez Cabrales, de la Srta. Manuela Martínez, que tuvo un negocio donde vive Rosario de Contreras, de don Elias Martínez, presidente varias veces de la Junta Comunal de Zea, de José Ramón Martínez, padre de doña Alys de Márquez, del General José Antonio Martínez Méndez, casado con Indalecia, hermana del General Gómez, quien ocupó altos puestos como Embajador, Presidente del Congreso Nacional y Presidente de los Estados Carabobo y Aragua. Otra hermana del General Méndez casó con don Nicolás Márquez, el viejo, quienes fueron padres de don Carmelo Márquez Méndez y de don Manuel Márquez Méndez, de El Playón, y una tercera hermana casó con don Caracciolo Carrero, el viejo, padre de don Caracciolo Carrero, don Tobías Carrero y María José Carrero de Pérez Soto. Hija de doña María José Martínez fue doña Ana Teresa Sánchez, casada con don Félix Román Duque y padres de los Duque Sánchez. También eran de Tovar el Dr. José María Salas y don Belisario Gallegos, así como don Caracciolo Carrero, hermano de don Tobías y propietario de la hacienda Cucuchica y Juan Orzolani, hijo, propietario de un próspero negocio de mercancías y político que figuró como diputado a la legislatura por el distrito Tovar. De Bailadores eran los Moré: Manuel y Juan, y de La Playa, Don Gerónimo Maldonado, padre del Dr. Gerónimo Malsonado hijo, literato, Jefe del Estado Mayor del General José María Méndez, Presidente del Estado Carabobo y Presidente de la Asamblea Legislativa del Estado Mérida. Fue padre de doña Flor de Velasco. Murió a los 37 años. Venían de Chiguará Don Pantaleón Sandia, don Miguel Benedetti. Hijo, Don Manuel Pulido, don Braulio Rojas y Don Gerónimo Sabino. De Mérida eran los Paolí, Roque y Alecio, prósperos ganaderos y activos comerciantes, dueños de vastas propiedades; Epifanio L. Arellano, participó en la política regional de aquella época. Toda esta gente se unía a la de Zea y participaba en los bailes, cabalgatas y corridas de toros y, naturalmente, en las celebraciones religiosas en honor de la Patrona. Finos vinos italianos entrados por el Puerto del Escalante eran servidos en los banquetes y re¬gaban las reuniones sociales que tenían lugar en el marco de las celebraciones. Los venidos de fuera solían corresponder con mucha galantería a las numerosas atenciones de que eran objeto por parte de los anfitriones.
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